La población de Espino, capital de una parroquia rural surcada por grandes morichales y con el puerto de Parmana, ubicado en pleno Orinoco Medio, tercer rÃo más caudaloso del mundo, cumplió más de 15 dÃas sin el servicio público de agua potable en el mes de febrero de 2021. El bombeo desde la represa se detuvo por una falla técnica.
Un miembro de la comunidad con camión a gasoil (diesel) colaboró trasladando a Valle de la Pascua el motor averiado, entregándolo al departamento pertinente de la alcaldÃa del municipio Leonardo Infante.
Mientras tanto fue enviado una cisterna municipal para prestar el debido apoyo, pues en Espino no existe servicio privado de cisternas y quienes poseen vehÃculos particulares se encuentran muy limitados por el tema del combustible.
El acceso al agua potable en Espino se ha visto cada vez más comprometido, a partir del desplome del tanque de agua ubicado en el casco central, en marzo de 2013. Asà mismo, los trabajadores de la hidrológica, como muchos empleados públicos, tienen sueldos muy bajos y pocos incentivos.
Es oportuno llamar a la reflexión sobre la importancia de tener servicios públicos eficientes y sostenibles. Desde mi punto de vista, serÃa preferible conformar una empresa mixta, de propiedad privada y gubernamental, para relanzar un servicio confiable y permanente, con el cobro de una tarifa justa.
Esta situación no escapa a una realidad nacional, que incluye muchas ciudades de Venezuela, como la misma Valle de la Pascua, capital del municipio, donde el acceso al agua potable es sumamente limitado desde hace varios años.